En un principio era la música…

Rosa Medina Artículos, Canto Libre Transformador

En un Principio era la Música

Al inicio de la creación humana, no existía un lenguaje como ahora, tan solo la música. El hombre primitivo expresaba sus pensamientos y sentimientos con sonidos bajos y altos, lentos y largos. La profundidad del tono demostraba su fuerza y su poder, la intensidad del timbre expresaba amor y sabiduría. El hombre mencionaba la sinceridad o falsedad, la inclinación o aversión, el placer o el displacer por medio de la variedad de sus expresiones musicales. La lengua tocaba varios puntos de la boca y los labios al abrirse y cerrarse de modos distintos producían una gran variedad de sonidos. La unión de sonidos compuso las palabras que comunicaban diferentes significados a partir de sus diversos modos de expresión. Esto gradualmente transformó la música en un lenguaje, pero el lenguaje nunca ha podido liberarse de la música. De hecho todavía ahora las lenguas antiguas como el sanscrito, el árabe o el hebreo, no pueden ser dominadas aprendiendo simplemente las palabras, la pronunciación o la gramática, sino que es necesario también un ritmo y un tono particular.

Incluso las lenguas modernas no son otra cosa que una simplificación de la música. Por muy sencilla que sea una lengua no puede existir sin música, pues ésta le confiere una expresión concreta.

Se puede decir que la música se esconde en el lenguaje como el alma dentro del cuerpo.

Un estudio de las antiguas tradiciones revela que los primeros mensajes divinos fueron dados con un canto; así fueron expresados los Salmos de David, el Cántico de Salomon, el Gatha de Zoroastro o el Gita de Krishna. Del canto a la poesía, y de ahí a la prosa…

Aunque el hombre haya buscado liberar el lenguaje del tono y del ritmo, el espíritu de la música existe todavía. Y el alma busca la música incluso en la palabra pronunciada.

En el hombre la respiración es un tono constante y el latido del corazón, el pulso y la cabeza mantienen un ritmo continuo. Un recién nacido responde a la música antes de aprender a hablar; mueve las manos y los pies rítmicamente y expresa su placer o displacer emitiendo diferentes tonos y sonidos.

La música, como lenguaje perfecto y universal, puede expresar un sentimiento mucho mejor que una lengua cualquiera.

Y entre la música vocal, instrumental y gestual, es la música vocal la más elevada. Es la voz humana, que surge directamente del alma, como respiración la que mejor traduce nuestro corazón. Por más que una voz se cultive artificialmente, no provocará nunca una emoción, gracia o belleza a menos que haya sido cultivado también el corazón. El canto tiene una doble fuente de interés: la gracia de la música y la belleza de la poesía. Pero el efecto sobre el que escucha dependerá de cuanto el corazón del que canta acompañe la canción.

Si pensamos por un momento al sonido espontáneo  o al canto improvisado, nos daremos cuenta que proviene directamente de las entrañas de nuestro ser, y expresa como una fuente todo nuestro interior, sin obstáculos ni interrupciones.

-Rosa Medina